Entonces, un hombre se acercó y dijo:
Háblanos del Conocimiento Interior.
Y el respondió:
Vuestros corazones saben, en silencio, los secretos de los días y las noches.
Pero vuestros oídos sufren por el sonido del conocimiento de vuestro corazón.
Querríais saber, en palabras, lo que siempre supisteis en espiritu.
Querríais tocar con vuestras manos el cuerpo desnudo de vuestros sueños.
Y es bueno que así lo hiciérais.
El manantial escondido en vuestra alma necesita brotar y correr murmurando, hacia el mar.
Y el tesoro de vuestros infinitos secretos seria revelado a vuestros ojos.
Pero no pongáis balanzas para pesar vuestro desconocido tesoro.
Y no registréis los secretos de vuestro conocimiento con cuchillos y sondas.
Porque el yo es un mar inconmensurable.
No digáis: "He hallado la verdad", sino más bien:
"He hallado una verdad."
No digáis: "He hallado la senda del espíritu." Decid más bien:
"He encontrado al espiritu caminando en mi senda."
Porque el espíritu es peregrino de todas las sendas.
El espíritu no camina en línea recta, ni crece como el bambú.
El alma se despliega como un loto de pétalos innumerables.
- Khalil Gibran - 1883-1931
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